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Dificultades de la lactancia
La lactancia materna es algo natural, pero no siempre resulta fácil para todas las madres. Es muy común que surjan algunas dificultades y desafíos que superar.
Vamos a enumerar los más comunes para que puedas identificarlos y saber cómo superarlos.
Conductos obstruidos
El conducto obstruido afecta a una zona del pecho donde la leche materna queda bloqueada.
Te aconsejamos que empieces alimentando a tu bebé del pecho afectado. Esto asegura que tu bebé vacíe el pecho, ayudando a descongestionar el conducto bloqueado, y que aumente el suministro de leche que podría haber disminuido en este pecho.
Por lo general, notarás un bulto duro al tacto, que puede tener forma de cuña, y que se siente sensible, caliente, hinchado o enrojecido. También puedes sentir dolor sin apreciar un bulto.
Al empezar a amamantar con el pecho afectado, es posible que sientas más dolor, especialmente durante la estimulación, pero cuando el bebé termine notarás que el dolor y la sensibilidad disminuyen y que cualquier bulto parece reducirse.
Es normal que tu suministro de leche disminuya ligeramente, pero aumentará de nuevo. Y los bultos, la sensibilidad y el enrojecimiento se resolverán con el tiempo.
En ocasiones, es posible que veas «hilos» de leche espesa con aspecto graso. Esto es normal y se resolverá a medida que el conducto se descongestione.
Tan pronto como reconozcas que tienes un conducto bloqueado, alimenta a tu bebé con frecuencia ofreciéndole primero el pecho afectado. Un retraso en el diagnóstico o en la toma de medidas preventivas podría hacer que la leche se desbordara hacia el tejido mamario y provocara una infección mamaria llamada mastitis.
Un conducto obstruido puede notarse más sensible antes de amamantar y menos después, puesto que la fuerza de succión del bebé puede desalojar parte del conducto obstruido. La mamá también puede notar mayor sensibilidad entre tomas a medida que la leche se acumula. Si bien no siempre es así, a veces la madre puede experimentar febrícula (menos de 38,5° C).
Algunas causas de los conductos obstruidos pueden ser:
- Ingurgitación: Mirar el reloj y no al bebé puede inducir retrasos en las tomas y obstruir los conductos, puesto que la leche acumulada no tiene donde ir.
- Tomas poco frecuentes o saltarse tomas: Es importante que alimentes «a demanda» a tu bebé, observando sus señales de hambre y cómo tu cuerpo recibe señales regulares para aumentar tu suministro de leche. Por ejemplo, si mamá se ha de separar del bebé durante una toma, es muy importante que la madre se extraiga la leche acumulada para que así su cuerpo pueda continuar recibiendo las señales necesarias para producir más leche.
- Ropa ceñida (especialmente sujetadores con aros): Cualquier presión que cause un pliegue del canal por donde fluye la leche puede provocar un bloqueo y derivar en un conducto obstruido. Es importante evitar los sujetadores con aros y cualquier ropa ajustada que ejerza presión sobre los pechos, especialmente en su parte inferior.
Si crees que tienes un conducto obstruido, sigue estos consejos:
- Continúa amamantando, descansa y aliméntate bien.
- Amamanta con frecuencia para descongestionar el pecho.
- Usa calor y masajea la zona afectada antes y durante la lactancia para estimular el flujo de leche. Usa compresas tibias o paquetes de Terapia del Pecho THERA°PEARL® 3 en 1 de Lansinoh antes de las tomas para estimular el flujo de leche y descongestionar el conducto obstruido.
- Evita usar ropa ajustada y sujetadores con aros.
- Amamanta primero del lado del conducto obstruido, ya que la succión vigorosa del bebé al inicio de la toma puede ayudar a desbloquear la zona obstruida.
- Después de amamantar, extráete cualquier resto de leche para asegurarte de que el pecho se vacíe
- Usa compresas frías o paquetes de Terapia del Pecho THERA°PEARL® 3 en 1 de Lansinoh entre tomas para calmar y reducir la inflamación.
Mastitis – infección del pecho
Los conductos obstruidos y la mastitis a menudo van de la mano, pero no es necesario que uno desencadene el otro para sufrirlo. Es posible contraer una infección en la mama debido a unos pezones doloridos, agrietados o sangrantes, ya que pueden conformar el caldo de cultivo ideal para las bacterias. Una infección en la superficie del pezón y episodios previos de mastitis también son factores de riesgo.
Algunas mamás indican que su leche parece más grasa o fibrosa, como cuando se bloquea un conducto. La hinchazón puede ser más intensa que la que produce un conducto obstruido, y pueden aparecer rayas rojas visibles alrededor de la zona afectada. La leche materna también puede tener un sabor más salado para el bebé , por lo que este puede negarse temporalmente a amamantar de ese lado, aunque no hay razón para no amamantar si el bebé lo desea. La leche de un pecho con mastitis también podría tener sangre o mucosidad, pero, incluso así, puedes seguir amamantando. Es importante ofrecerle al bebé ese pecho y no dejar de amamantar si tiene mastitis. Si el bebé se niega, es muy importante extraerse la leche cuando el bebé debería estar amamantando, simulando así que el bebé ha extraído esa leche, para asegurarse de que la leche se drene regularmente.
Los síntomas de la mastitis pueden aparecer de forma repentina y ser similares a los dela gripe: letargia, cansancio y dolor. Si el problema no se resuelve en las primeras 12 a 24 horas, es posible que debas tomar antibióticos. Es importante consultar con tu matrona o médico para asegurarte de que la lactancia materna no se interrumpa innecesariamente y que el medicamento recetado sea compatible con la lactancia materna.
Si crees que tienes mastitis:
- Continúa amamantando, descansa y aliméntate bien.
- Amamanta con frecuencia para drenar el pecho. Si el bebé no amamanta de un lado, continúa extrayéndote para mantener el suministro de leche.
- Usa calor y masajea la zona afectada antes y durante la lactancia para estimular el flujo de leche.
- Afloja la ropa ceñida y los sujetadores.
Si sufres de conductos obstruidos, ingurgitación y mastitis necesitas mucho descanso, tomar muchos líquidos y comer de forma saludable. También debes seguir alimentando a tu bebé a demanda y animarlo a que mame con frecuencia, a un ritmo de 2 horas entre tomas. Si te sientes demasiado enferma para amamantar, es importante que te extraigas leche para que tu cuerpo continúe recibiendo la estimulación que necesita para mantener su suministro.
Para todas estas afecciones, asegúrate de que tu bebé se agarra primero al pecho afectado, pero evitando al mismo tiempo que tu otro pecho se llene demasiado.
Como consecuencia de estas afecciones, puede que tus pezones se aplanen o inviertan. Date un masaje con las manos para sacar el pezón o usa uno de nuestros productos destacados, el Evertidor de pezones LatchAssist® de Lansinoh®, que utiliza una suave succión para evitar temporalmente que el pezón se aplane debido a la inflamación. Como alternativa, puedes extraerte para ayudar a liberar un poco de la leche alrededor del pezón y que el bebé se agarre más fácilmente.
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